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Apuntes sobre la Segregación de Agache

Fuente: Artículo de Octavio rodríguez para la Revista Digital San Borondón - 26/08/2008

http://www.sanborondon.info/content/view/6542/51/

El cronista Octavio Rodríguez cree que el intento de segregación de Agache (Güímar) constituye una llamada de atención al Ayuntamiento para que no olvide una comarca abandonada durante siglos
martes, 26 de agosto de 2008




SB-Noticias.- El cronista Octavio Rodríguez, opina acerca del intento de segregación de Agache respecto del municipio de Güímar, explicando que a lo largo de la historia de la comarca se han sucedido estas reivindicaciones separatistas. A su jucio, por el número de habitantes que en la actualidad posee la comarca, que no llega a 2.000, el proyecto es inviable, y constituiría más bien una forma de “sensibilizar al Ayuntamiento de Güímar para que invierta más en la zona y la tenga más presente”.
Cuenta el cronista que el primer intento de segregación tuvo lugar en el año 1858, alegándose entonces una acuciante falta de servicios y la distancia que separa a este núcleo (que en aquel tiempo se contaba entre los 10 u 11 más poblados de Tenerife), del centro del municipio.
El Ayuntamiento refutó todos los argumentos esgrimidos por los vecinos y consiguió además dividir a la comarca, convenciendo a los barrios más próximos a Güímar (Pájara y La Medida), de que no se unieran a El Escobonal, acabándose de esta forma con el intento.
Más adelante se produjo una nueva reivindicación debido a las altas contribuciones que debían abonar los vecinos de esta comarca, a pesar de que como contrapartida recibían menos servicios que el resto del municipio. Los lugareños se negaron entonces a pagar a los recaudadores municipales, formándose incluso un pequeño motín en el año 1891 contra éstos, que fueron despedidos de la zona con piedras y cencerros, cuenta el profesor Rodríguez.
Ante la imposibilidad de recaudar los impuestos, la Corporación municipal decidió establecer un fielato, que fue recurrido por los vecinos que, aunque lograron en un primer momento su anulación, el Consistorio recurrió esta decisión y consiguió instaurarlo nuevamente.
De esta manera, los del lugar se veían obligados a pagar los impuestos, por lo que en 1911 se produjo un nuevo intento de independencia, en esta ocasión para unirse al municipio de Fasnia, que carecía de fielatos. El Ayuntamiento güimarero argumentó entonces que lo que pretendían los de la comarca era eludir el pago de impuestos, puesto que el Consistorio de Fasnia funcionaba muy mal.
Esta razón decidió al Estado, que anuló el intento segregacionista que había llegado hata el Gobernador Civil de la Provincia.
Fue en 1926 cuando se produjo el tercer intento, iniciado por el maestro Enrique Pérez Cantón, que logró movilizar a los vecinos esgrimiendo motivos como que las escuelas existentes funcionaban de manera deficiente, que a pesar de que por fin se había creado un cementerio en el lugar, éste no recibía mantenimiento, ... En definitiva, que los servicios del pueblo prácticamente eran inexistentes y que la comarca se encontraba aislada.
En esta ocasión, el Ayuntamiento de Güímar pudo dividir una vez más a los vecinos, fracasando el intento. Sin embargo, la idea se prolongó a lo largo de la Segunda República, en una época en que la comarca era habitada por casi 3.700 personas, y vivía un movimiento social muy elevado: existían dos sociedades en El Escobonal, una agrupación socialista, una federación obrera, “una inquietud muy grande, – señala Octavio Rodríguez- pero la Guerra Civil acabó con todo eso”.
Tras la Guerra Civil, la comarca comenzó a perder habitantes, que emigraban a Venezuela, a Santa Cruz y La Laguna o a zonas turísticas del sur, quedando la comarca sin gente, hasta tal punto que en la actualidad la cifra de habitantes no llega a 2.000.
Después de la llegada de la democracia, cuenta Rodríguez que las circunstancias cambiaron, viéndose paliado el abandono que históricamente había padecido el lugar.
Según el mismo, el escaso número de habitantes que en la actualidad viven en Agache torna inviable la segregación, a pesar de que reconoce que la comarca posee unas razones geográficas, historicas, económicas y sociales “indiscutibles”.
“Tienen razón los vecinos de Agache, en la comarca hay que hacer un esfuerzo que durante siglos no se llevó a cabo”, comenta el cronista, afirmando que si el lugar perdió población fue porque el Ayuntamiento no le dedicó la atención que merecía.
Así, recuerda que el cementerio se construyó en 1919, y que hasta entonces los féretros debían ser cargados a hombros a lo largo de 14 kilómetros para recibir sepultura en Güímar; que el agua llegó a Güímar en el año 1935, mientras que El Escobonal tuvo que esperar para recibir este servicio hasta el año 1964; Güímar disfrutó de corriente eléctrica desde 1926, mientras que su llegada a El Escobonal se produjo en 1967; las escuelas, que en Güímar existían desde finales del siglo XVIII, tuvieron que esperar hasta el año 1864 para crearse en El Escobonal, se interrumpió y volvió a tener escuelas en 1919.
“Es la historia de un agravio comparativo brutal entre el casco y la comarca, que pagaban los mismos impuestos”, concluye Octavio Rodríguez.

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