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D. LUIS CAMPOS DÍAZ: Una esperanza truncada

Artículo publicado el 25 de octubre de 2016 en el periódico El Día por el Colegio de Titulados Mercantiles y Empresariales.

Fuente: http://cotime.es/actualidad/articulos-de-prensa/item/1485-luis-campos-diaz-profesor-mercantil-1912-1941-una-esperanza-truncada.HTML

El 4 de diciembre de 1940 se pudo leer en los diarios tinerfeños que, “en reñidas oposiciones celebradas en Madrid, para oficiales técnicos del Banco Exterior de España, ha  obtenido plaza con el número uno, nuestro paisano Luis Campos Díaz. Tan brillante fue la actuación de Campos Díaz que fue personalmente felicitado por el tribunal examinador”.

En el periódico local “La Tarde”, que dirigía Víctor Zurita Soler (1891-1974), se destaca la llegada del aventajado profesor mercantil Campos Díaz a Tenerifre a bordo del  “Ciudad de Alicante”, procedente de Sevilla, el día 12 de diciembre del año citado anteriormente. Sin embargo , poco pudo disfrutar de su éxito, ya que en la tarde del jueves, día 9 de enero de 1941, fallecía inesperada y casi repentinamente en Santa Cruz de Tenerife tras una ligera afección, que nunca hizo predecir tan fatal y fulminante desenlace.
Luis Campos Díaz nació en El Escobonal (Güímar) el 14 de mayo de 1912. Todavía joven, su familia se trasladó a Santa Cruz residiendo en la calle Febles Campos, número 1. En la capital cursó, con excelente aprovechamiento, sus estudios de profesor mercantil, carrera que terminó en la Escuela Profesional de Comercio, incorporándose a continuación al Banco Exterior de España, labor que simultaneaba en la propia Escuela de Comercio, como destacado profesor de Matemáticas, rama en la que poseía vastos conocimientos.
 
LUIS CAMPOS DÍAZ, profesor Mercantil (1912 - 1941), una esperanza truncada
 
El óbito de Luis Campos sorprendió dolorosamente no solamente al círculo de sus familiares sino, de una forma muy especial, a sus numerosos amigos y compañeros, que le tributaron unas honras fúnebres que aún hoy, varios personajes de la época,  las siguen recordando por su alcance y trascendencia. Era muy querido por su carácter afable y sencillo y, de forma acentuada, por la encomiable modestia que atesoró en vida.
 
En 1980, el Ayuntamiento de Güímar, en un acto de justicia y reconocimiento, que  le honró, y a propuesta del teniente de alcalde, el historiador e investigador Octavio Rodríguez Delgado, hizo figurar una calle de la entidad El Tablado, con el nombre del profesor mercantil Luis Campos Díaz, “como homenaje póstumo a uno de  los hijos más destacados de nuestro pueblo, esperanza truncada de El Escobonal”
 
El ínclito y carismático profesor Arístides Ferrer (1911-1995) confesó en una ocasión lo que sigue :”Luis Campos era realmente magnífico; un excelente profesional. Además, eran de las personas que cultivaban con solemne respeto la amistad y el compañerismo. Nunca podré olvidarme el favor que me hizo por aquel entonces cuando, por mis ideas políticas, tuve que padecer clausuras y privaciones. Luis no solamente me  extendió la mano de la amistad sino el abrazo de la ayuda y del estímulo. Velé su cadáver hasta que la tierra lo ocultó”.
 
Días más tarde, el poeta tinerfeño Francisco del Toro y Ramos publicaba  un amplio epitafio que comenzaba con estos versos: “Llegó la muerte infame y ambiciosa/junto al suspiro de un eterno ensueño,/la optimista sonrisa y dulce sueño/ que nimbara de triunfo a tu alma ansiosa”.
Y terminaba, así: “Recibe pues amigo y compañero/ esta ofrenda del verso a tu memoria;/ más si al fin no llegara hasta tu gloria,/ al menos guardará tu adiós postrero”.

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